sábado, 6 de febrero de 2010

Pablo Neruda: Cartas de Amor inéditas a Matilde Urrutia


De todos los amores de Pablo Neruda (1904-1973), el de Matilde Urrutia (1912-1985) fue quizá el más intenso y prolongado. Una pasión encendida al principio, cotidiana y perruna al final, de la que dan cuenta las Cartas de amor inéditas que lanza esta semana Seix Barral, en edición de Darío Oses y de las que El Cultural adelanta las más significativas y desesperadas.

En realidad, todo comenzó en la primavera de 1946, cuando se conocieron en un concierto al aire libre en el parque Forestal de Santiago, y duró hasta la misma muerte del poeta, en 1973. “En su larga duración -destaca el profesor chileno Darío Oses- esta relación amorosa pasó por diversos momentos, desde la pasión inicial hasta el amor reposadoo y maduro de los últimos años” Fue, además, un amor poéticamente muy fecundo, del que dan cuenta dos libros, Los versos del capitán y Cien sonetos de amor, así como muchos poemas presentes en libros como Estravagario, La barcarola y El mar y las campanas.

Al principio, hasta julio de 1952, su relación fue secreta, pues Neruda vivía con su segunda mujer, Delia del Carril (1884-1989): fueron años de incesantes viajes por todo el mundo, de clandestinidad política y amorosa que terminan en parte en agosto de 1952, cuando, tras una estancia en Capri, ambos vuelven a Chile. Sus amores siguen siendo secretos, pero ya no están de viaje permanente, especialmente cuando Matilde se instala a vivir en la casa bautizada en su honor como La Chascona, su casa de Santiago.

Un nuevo embarazo frustrado, el tercero de Matilde, a la que el poeta llamaba "la Chasca" y "la Patoja", por el color pelirrojo de su abundante cabellera, precipita los acontecimientos. En 1955, un empleado de Neruda delata sus relaciones extramatrimoniales a Delia del Carril, que rompe su matrimonio y se marcha.

Desde entonces, los amantes ya no se ocultarán más, aunque no pudieron contraer matrimonio hasta octubre de 1966, tras la muerte de María Antonieta Hagenaar, primera esposa del poeta. En esta última etapa, destaca Oses, cambian las tornas. Neruda, enfermo, permanece largas temporadas recluido en Isla Negra, mientras ella viaja a menudo a Europa para resolver diversos asuntos de la pareja.

A pesar de algunos silencios, dificultades y traiciones, nada logró separarles.

Quizá por eso, en su poema «Final», que cierra el que tal vez sea el último libro de Neruda, El mar y las campanas, y con el que concluye la edición más reciente de las obras completas del poeta, éste interpela una vez más a Matilde y escribe:

Fue tan bello vivir
cuando vivías!
El mundo es más azul y más terrestre
de noche, cuando duermo
enorme, adentro de tus breves manos.



PABLO NERUDA: CARTAS DE AMOR

El poeta a Matilde Urrutia: "Juntos somos lo que la pobre gente no alcanza jamás: el cielo en la tierra. Te aprieto a mi corazón"

“Todo mi cuerpo está saturado de tí. Eres parte de mí”


[Carta manuscrita en cuatro páginas pequeñas, con membrete del Hôtel D'Angleterre de Roma. La única indicación de fecha que tiene es “Hoy es el sábado 28”. No sabemos de qué mes, pero sí podemos colegir que es de 1952 por la alusión en clave que hace a la primera edición del libro Los versos del capitán, que apareció ese año.]

Hoy es el sábado 28 y he amanecido sin tus pies. Fue así. Me desperté y toqué al fin de la cama una cosa durita que resultó ser la almohada, pero después de muchas ilusiones mías. El hijo de nuestra tía se portó indiferente, me esperaba un auto (del impresor) y marché raudo. Tu hijo será gordo y maravilloso, tendrá 180 páginas. Y tendrá dibujitos en la frente y trasero.[Sin duda se trata de Los versos del capitán, dedicado a Matilde] . Bueno, parece que mi tía no quiere que vuelva a Italia y debes preparar tu viaje, pero con calma, como cuando comemos. Hasta ahora es así. No sé si en el día se cambiarán las cosas. Esta mañana me llevaron a un sitio con una tina blanca, no comprendí al principio, pero me metí, con miedo de disolverme. Había una gran toalla, qué pérdida de trapo, en S. Angelo se hubiera cortado en 12 y hubiera servido hasta junio 1953. Cuando me levanté y abrí a la camarera vi que me faltaba una parte de pyjama que según me dicen se llama pantalón. Es así: [dibujo de un pantalón.]
Patoja mía estoy contento, soy como un soldado con su retaguardia segura. No me importa el fuego. No sé si estoy aun con mar o agua de Patoja, todo mi cuerpo está saturado de tí. Eres parte de mí, como la pirinola de su cane, sólo que tengo pirinolas tuyas hasta en el alma. Recién me llaman, esta tarde te escribiré de nuevo, acumularé todo el día besos para todo tu cuerpo que es interminable para mí, aunque la vida me la pasaré besándolo no lo terminaré de besar.
Desperté a las 6 ½ a las 8 estaba vestido, son las 9 salgo a los tickets.
Hay algo más importante que tu y que yo, somos tu y yo. Juntos somos lo que la pobre gente no alcanza jamás, el cielo en la tierra. Te aprieto a mi corazón, amor mío, con cuerpo, alma y amor.

Tuyo
Tu capitán



fuente: Suplemento "El Cultural" del Periodico "El Mundo"

1 comentario:

  1. Un gran artículo para un gran blog como este.
    Sube como la espuma esta página web.
    Buen trabajo.

    ¡¡ Animo !!


    Ada.

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