ALBAICIN
Como el tronco del árbol retuerce sus ramas secas
el Albaicin retuerce sus calles
y sus veredas de empinadas cuestas
y peldaños de cemento envejecido.
Llegar a la cima es cansar el alma
para luego descansarla en un minarete
donde la nieve que aún queda en las cumbres
de las montañas
se convierten en espejos y reposo
para el cuerpo más cansado.
Inmaculada Jiménez Montero.
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