DAFNE
Ahora que no estoy sujeto al corsé de la métrica,
que no es preocupación el canon ni la rima.
Ahora que de nuevo a ser Apolo juego
y tú corres como Dafne sobre la espiral de las horas,
en busca de ese tiempo que atesoras,
que no es tuyo,
ni mío,
ni nuestro.
Ahora que insistes en que yo ya no soy yo
(tampoco eres tú la misma).
Ahora que estoy liberado del ripio adolescente;
en el papel, me vuelvo a encontrar contigo.
¿Adónde fue la muchacha vestida de primavera
que al tintineo de las piedras en la ventana abría su puerta?
Siguen siendo acuóreos los ojos verdes de mar de invierno.
Suaves sombras sobre las mejillas derraman
las largas pestañas arracimadas.
Algo hermoso hay
en tararear el cromatismo de aquellas fragancias,
en recrearse en el gusto de las imágenes netas
veladas en el desván de la memoria
como notas de sinfonías nuevas que ya no suenan.
Como corchos,
los recuerdos se hinchan y ya no encajan.
Inútil,
el tiempo pasado hace inaccesible el ahora.
Si bien es cierto que estás conmigo
y tu mirada que me interroga aún me fecunda,
no menos cierto,
el riesgo de que te escapes está presente,
líquida,
entre los dedos,
para convertirte en laurel.
Pedro Martinez
Ah! Pedro que te empeñas en decir lo que hacía falta
ResponderEliminarque la libertad empieza por gritar lo que siente
y punto!
Saludos desde México!