XVIII
"La tarde, una pequeñez,
una golondrina que pasa"
(Paul Éluard)
Un poco de aire en la azotea
cimbrea los brotes tiernos de las flores.
Arriba, bajo el cielo,
penden los picos de las velas,
agitadas brevemente por la brisa,
el toldo se balancea creando sombras,
claroscuros en los perfiles de otras casas,
de otras azoteas que asoman
su curiosidad sobre la mía.
Alma que la luz mira de soslayo,
un guiño cadencioso va de tu boca a mi oído.
Nada turba esta claridad naranja.
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