lunes, 9 de abril de 2012

"Mujeres, mujeres y mujeres" de Valerio de la Hoz



Mujeres, mujeres y mujeres.


         Un  sopor, un despertar vacilante, un entreabrir los ojos, una fiebre que va pasando. Allí hay una sonrisa femenina: “¿estás mejor, se te pasa?”. Enseguida vendrá algo, un ponche, un dulce, un remedio. Y abrigarte, arroparte. La mujer está allí
         Soplan aires de fiesta y de verano. Se sueña con una sonrisa, con un cantar nocturno, con un baile hasta el amanecer, con un vestido esplendoroso y unos labios sensuales: Allí está la  mujer. Compañera y pasión, vida y ensueño, luna de la vida que nos explota.
                A esta chica le crece el vientre: Allá vamos: médico y comadrona. Sí, sí, esta chica tiene algo por ahí dentro, que nacerá y llorará  nos sobrevivirá, y nos hará ir al colegio-otra vez-y nos mantendrá despiertos muchas noches. Con nosotros estará esa compañera de la noche de fiesta. La mujer está allí.
       Vendrán más años y más vida. Iremos a los trabajos. Mil varones soñadores: “haremos esto, lo otro, lo de más allá”. Alguien precisará: “¿Cuándo lo haremos, cómo, con qué medios, cuánto costará? Y el proyecto, desperdigado, se hará realidad. Se hará cosa. Seguro que ese alguien es mujer.
         La vida sigue inexorable (afortunadamente). Las canas señorean los cabellos y las entradas se hacen anchas y numerosas. Van fallando las fuerzas y ella sigue en su puesto: sonriente y vigilante, observadora y prudente, callada y habladora, abuela y compañera. Compañera siempre.
         Mujeres, mujeres y mujeres: la vida toda.

                                                                   Valerio de la Hoz


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