Tú eres mi ciudad.
En ti se convocan la dulce playa
y el océano desbocado,
en ti el tímido jardín
y la selva enardecida de la luciérnaga y los grillos.
Tú concitas el secreto,
el lugar recóndito donde enredar manos y pensamientos
en el mapa subyugante de mi cuerpo.
Tú eres mi ciudad,
la piel donde refugiarme,
a salvo,
desnuda de ataduras,
tú eres mi norte y mi sur,
la latitud donde esconder mis besos.
Te quiero.
Marisol Dorado
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